Con motivo del 25 aniversario de la caída del muro, los museos y memoriales de la ciudad relacionados con la efeméride dan lo mejor de sí. Uno de los puntos de obligada visita es el mirador de Bernauer Strasse, que forma parte del Memorial del Muro. Desde la plataforma se puede contemplar uno de los tramos más largos que quedan en pie de lo que un día fue el Telón de Acero.
El día 09 de Noviembre de 2.014 se cumplen veinticinco años de la DESTRUCCION (que no caída) del Muro de Berlín.
Recordar el horror para no permitir que se repita jamás.
Para el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, dos artistas alemanes, los hermanos Bauder, han 'recreado' el Muro con 8.000 globos iluminados a lo largo de 15 kilómetros. El próximo 9 de noviembre, estos globos se soltarán simultáneamente como símbolo de la unificación de Berlín.
Se terminó así una dolorosa etapa comenzada el 13 de agosto de 1.961 cuando el gobierno comunista de Walter Ulbricht comienza a levantar el “muro de la infamia” para cortar el éxodo masivo de alemanes que huían desde el Este comunista hacia el Oeste libre .
Era la medianoche del 13 de agosto y lo que primero fueron alambres de púas terminó convertido con los años en una pared de 45 kilómetros que dividió a Berlín en dos.
El 24 de agosto murió la primera de las casi doscientas personas que perdieron la vida tratando de cruzarlo.Los intentos de fuga fueron miles; con éxito, fueron solo algunos. El intento fallido más conocido fue el de Peter Fechter el 17 de agosto de 1962 que fue herido de bala y dejado morir desangrado a la vista de los medios occidentales.
Peter Fechter
Nombres y rostros de los casi 200 muertos, se pueden observar en el memorial que les rinde tributo. La primera víctima fue una mujer, Ida Siekmann, que murió tras saltar desde su casa para intentar alcanzar el lado occidental.
Alemania, Europa y todo el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 días los comunistas dividieron cruelmente una nación soberana separando mediante un muro sus gentes, sus tierras, aunque no se cumplió la tremenda profecía de Honecker, el cruel presidente de la entonces República Democrática Alemana, R.D.A.:
“El Muro de Berlín seguirá de pie en los próximos cincuenta o cien años” profetizó, y amenazó Erich Honecker, en enero de 1989; el muro cayó derribado el nueve de noviembre de ese mismo año.
La “destrucción”, que no caída, del Muro de Berlín merece un recordatorio muy especial no solamente en este vigésimo quinto año del acontecimiento sino todos los años de nuestras vidas; su derrumbamiento, gracias a la doble cruzada anticomunista de San Juan Pablo II y de Ronald Reagan, y gracias también a la perestroika de Gorbachov, a la revolución de “terciopelo” checoslovaca, a las elecciones polacas de junio 89 y a la apertura de la frontera húngara del verano de ese mismo año, constituye un símbolo del hundimiento de un sistema tan perverso como el comunista.
Una conmovedora historia: Los muertos sin nombre de Junak.
Huesos clavados en un árbol cerca de la frontera entre Bulgaria y Grecia
Seguidamente se reproduce la conmovedora historia de los huesos clavados en un árbol cerca de la frontera entre Bulgaria y Grecia ¿Quiénes son los muertos del bosque de Yunak?
La antigua alambrada de señalización, a unos 1200 metros de la frontera real con Grecia. La frontera estaba fuertemente controlada. A pesar de ello, en Alemania Oriental circulaba el rumor de que era la ruta de huida menos arriesgada.
El Muro de Berlín y la frontera entre las dos Alemanias eran solo una parte del sistema de vigilancia militar del “Telón de Acero” que se extendía por los Estados Comunistas del Bloque Oriental de Europa. Los rumores, los mapas incorrectos y la falta de información hicieron creer a muchos ciudadanos de la antigua Alemania Oriental que los controles en la frontera búlgara eran menos intensos y era más fácil huir por allí. Un error de fatales consecuencias. La mayoría de los intentos de huida terminaban en detenciones. Tras dos semanas de prisión en Sofía, los reos eran trasladados a las cárceles de Alemania del Este. Otros morían en el intento de escapar, acribillados a tiros en la franja de la muerte. Pero aun cuando hubieran conseguido atravesar la alambrada, todavía no estaban en Occidente. Únicamente habían activado la señal de alarma y comenzaba la persecución. La frontera real se encontraba todavía a 1500 metros.
La frontera entre Bulgaria y Grecia. En la antigua línea divisoria entre el Pacto de Varsovia y la OTAN se yerguen los restos de un destacamento militar abandonado y de una alambrada de señalización. Un antiguo guarda fronterizo búlgaro le muestra al periodista Paul Tusek un árbol que se encuentra en este lugar. Es un árbol especial: un árbol en el que hay clavados huesos humanos. Cuando estaba en servicio, le dijeron que eran los huesos de una pareja de la antigua Alemania del Este, asesinados a disparos cuando intentaban escapar. Junto con el periodista Dieter Roser, Paul Tusek sigue un rastro que despierta aciagos fantasmas del pasado.
Ambos periodistas entrevistan a oficiales de las fuerzas fronterizas búlgaras, a agricultores de los pueblos aledaños y a expertos. Indagan en los archivos de Sofía, Veliko Tarnovo y Berlín. ¿Por qué se ha investigado tan poco sobre este oscuro capítulo de la historia alemana? Y, ¿quiénes son los muertos del bosque de Yunak?.....
A modo de epílogo.
Tuve la fortuna de visitar Berlín por primera vez, en 1990 a las pocas semanas del comienzo de la destrucción del muro de la vergüenza, y no me duelen prendas manifestar que ante las ruinas de lo que representó aquella ignominia, me emocioné intensamente y apenas pude articular una oración por las almas de los caídos que se atrevieron a traspasarlo en esos años.
El autor de estas líneas fotografiado en 1990 junto a restos del Muro.
Entre los múltiples artículos dedicados en este blog a este tema, me complace señalar los siguientes:
F.J.de C.
Madrid, 8 de noviembre de 2014